lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Y si De las Pesadillas Nacen los Mejores Sueños?

Hace un par de años viví momentos complejos. Entre "pérdidas" personales, sentimentales, profesionales tuve lo que llamé mi momento de "Golpe de Adultez". Todo pareció desaparecer súbitamente dejándome absolutamente fuera de lugar. Era la torre cayéndose, efectivamente. 

En ese momento pedí respuestas, lo que fuera serviría: un cura, una pitonisa, un monje budista, el indio amazónico, alguna vaina tenía que mostrarme por qué estaba pasando todo eso. 

Efectivamente por causalidades de la vida, alguien me habló de una astróloga. Yo quería saber de astrología desde muy pequeña. A los 8 años había pedido prestado mi primer libro de astrología en la casa de una amiga del colegio y también intentaba leerle las cartas en el recreo a mis amigas ya cuando estaba como en séptimo de bachillerato. 

Es decir que en mí el esoterismo era innato. Entre tener amigos mazones, otros con poderes extra sensoriales, desde los 3 años haberme convencido de que la vida era un sueño y a los 23 años haber visto una manifestación muy fuerte de la virgen, mi despertar era inminente. No había vuelta atrás. Para la astrológa me fui. 

¡Y qué experiencia la que tuve ese día! Encontré mi lugar, mi pasión, encontré más y más preguntas, encontré el Curso de Milagros.

Toda mi vida, todos esos momentos de oscuridad parecieron tener sentido porque yo al fin estaba despertando. Venía meditando y haciendo Yoga así que todas las piezas empezaron a encajar. Y cada día se suma alguna ficha a ese inmenso rompecabezas. Y es que, ¿No es acaso eso la vida? Un permanente rompecabezas que solo toma forma cada vez que una de las piezas cae en su lugar, al que miras de lejos cada vez que avanza y de repente empieza a aparecer el paisaje.

Anoche tuve una pesadilla impresionante. Soñé que alguien, con quien algún día pensé que iba a compartir mi vida, me acuchillaba incesantemente. Me cortaba la garganta, descargaba todo su odio en mí. Me desperté muy asustada. Hace mucho tiempo no tenía una pesadilla (precisamente cuando dormía con el personaje en cuestión. Cuando dejé de hacerlo, empecé a dormir tranquila) y, más allá de eso, nunca había soñado que yo misma muriera y menos de una forma violenta. Durante un buen rato no pude conciliar el sueño. Cerraba los ojos y las imágenes continuaban y eran bastante vívidas. 

Sin embargo, he aprendido que no hay nada que una buena respiración pránica (luego hablaré de ese tema a profundidad, vale la pena) y una meditación no sane. Me relajé y me adentré en mi corazón. 

Imágenes maravillosas emergieron de mi inconsciente. Mis miedos: a la escacez, a la soledad y al cambio, se manifestaron y fui capaz, con la ayuda del Arcangel San Rafael, de transmutarlos a través de un precioso fuego violeta y verde que los convirtió luego en amor.  

Al entrar un poco más me encontré con el paisaje más bello lleno de flores violeta y una bruma del mismo color que hacía de ese un ambiente místico y mágico. Encontré a mi ser superior, a mis ángeles y arcángeles acompañándome. 

Me mostraron 7 casas que tengo disponibles llenas de dones: La casa del Amor, de la Bondad, de la Abundancia, de la Felicidad, de la Pasión, de la Certeza y de la Libertad. Cada una de ellas contiene un elemento especial, por ejemplo, una fuente inagotable rosa de agua del amor del que puedo beber siempre que lo necesite o una Loción de Felicidad para que me la ponga todo el tiempo. 

La Casa de la Abundancia estaba llena de monedas y un mar de dones. Cuando tomé algunas de las monedas eran de oro del más puro y tenían en cada una de ellas los símbolos de la Tierra (Pentáculos), del Aire (Espadas), del Fuego (Bastos) y del Agua (Copas), recordándome que los recursos del mundo son ilimitados (ninguno se preocupa porque se le acabe el aire, ¿verdad?) y que la escasez no es más que un invento de la mente y que así como creamos esos escenarios de carencia, lo podemos hacer también de abundancia. 

Luego, ya afuera, me fue regalada una loba (Ajá, ajá, como si fuera una Stark... En un microsegundo pensé "Nah, estoy alienada con Game Of Thrones",  pero, afortunadamente, cuando estamos meditando no dejamos que la sapa de la mente nos dañe el parche con sus bobadas). Esa loba indica la valentía que necesito para asumir este momento. 

Lo más bello es que ahora, dos años después también he atravesado muchos cambios. Nuevamente me hallo en un lugar totalmente desconocido, pero con un nivel de consciencia totalmente distinto. Hoy sé que todo lo que se va no es una "Pérdida", primero porque no puedes perder lo que no es tuyo y, segundo, porque la vida te crea vacío para encontrar situaciones nuevas y maravillosas. 

Hoy en día no pienso por qué pasan las cosas, porque sé que todo en la vida tiene un "para qué". Uno maravilloso y más elevado. Sé que si no suelto las personas que ya no me sirven para mi evolución, no seré capaz de conocer aquellas que se hagan correspondientes con todo lo que he aprendido y crecido. Sé que si no dejo el trabajo que no me llena, no tendré el tiempo para enfocarme en mis pasiones. Sé que si acepto con amor cada cosa que me pasa, me transformaré, creceré y seré capaz de elevarme por encima de lo mundano y lo inmediato y le daré paso a lo más grande y a lo mágico. 

Si no hubiera tenido esas pesadillas no habría tenido experiencias únicas para mi crecimiento y paz interior y esto, definitivamente, es invaluable. Sé que si no hubiera tenido oscuridad, no sabría apreciar toda la luz todo el amor y toda la bondad. Hoy en día no sería capaz de sentirme tan agradecida, amada, protegida y apoyada (luego les contaré en detalle lo que ha pasado. Es increíble encontrar tanto amor y tanta incondicionalidad). 

Hoy sané nuevamente. Hoy agradezco infinitamente a DIOS, al Universo, a la Vida: la oscuridad y la luz, el día y la noche, el sueño y la pesadilla.