Se nos fue sin llanto, sin dolor, sin temor, sin el ánimo de convertirse en una eterna tristeza... Se nos fue después de haber luchado,querido, erido, sentido, sufrido, escapado....
Esa vida que fue un gran camino llegó a su fin en paz. Casi un siglo de andar y andar, casi un siglo de historias, casi un siglo de guerras, llegó a su fin con una tranquilidad inconmesurable, casi indescriptible, que nos dejó a todos más livianos.
Se fue entre perdones, se fue en soledad, se fue para recordarnos a todos que, aunque esta vida es muy fragil y muy corta, también es para andarla toda, para darlo todo, para emputarse con esta vida y mirarla directamente a los ojos; para no dejar que nos coja de bajada, para seguir adelante pese a todo....
Se nos fue como Úrsula Iguarán, después de ver las nuevas generaciones vivas y muertas, de perder sus hijos, de criar sus nietos, de regañar miles de veces a sus bisnietos y de apenas reconocer a sus tataranietos...
¿La extrañaremos?... no sabemos.... era un hilo que mantenía todo unido, pero al mismo tiempo que no entendía...
Que en dondequiera que esté esté feliz... todos la perdonamos y ella se perdonó así misma.... esperamos que esté con todos los que fue perdiendo y que la tranquilidad que la acompañó en su último día le dure todo el camino que le espera allá arriba...
Adiós, Mita, hasta luego, hasta mañana....
